lunes, 28 de abril de 2014

CRISTALES TEMBLOROSOS

Se detienen dormidas las luces nocturnas
sobre los cristales temblorosos de las farolas
donde las suaves gotas del rocío de invierno
resbalan como lágrimas, sobre el hierro inerte.

Noches solitarias en que el insomnio anida
en un alma errante que se cobija en recuerdos
de tiempos efímeros, cuando la vida era sueño.

Tal vez no haya un rincón libre de recuerdos
donde no vislumbrar la agonía de sentimientos,
en el que las ansias de nuevos atardeceres
revelen inquietud en las miradas de deseo.

Quisiera recostar mi cabeza sobre la luna
con el alma desnuda, soñando primaveras,
tibieza de esperanzas entre sábanas nuevas
donde el amor perfume madrugadas sombrías.



jueves, 17 de abril de 2014

DE TU AMOR

 
 

Cogí de tus manos
tus caricias
y de tu amor
lo que me diste.



Cogí de tu boca
tus besos
y de tu amor
lo que me diste.



Cogí de tus ojos
mis lágrimas
mientras acariciaba
tu cara sin tocarla



y mis manos
no se mojaron
pues sólo fueron
las mías las que lloraron.




miércoles, 9 de abril de 2014

ESA DELGADA LÍNEA

En esa delgada línea entre respirar profundo o mandarlo todo a la mierda, es como se sentía aquella mañana al dirigirse al trabajo. Empapada hasta los huesos, el tiempo no acompañaba , la lluvia y el viento habían hecho destrozos en los árboles de los alrededores. Sacudiendo el paraguas entró en la cafetería de costumbre, la de cristaleras grandes que dan a la esquina de la avenida...Lo había decidido hacía tiempo: dejaría el trabajo y se iría lejos, ya no soportaba la idea de verlo todos los días. La había herido en lo más profundo, y sin embargo, no comprendía por qué, le amaba.
A pesar de respirar profundo, lo mandó todo a la mierda.


jueves, 3 de abril de 2014

LÁGRIMAS DESVALIDAS

 

En el ocaso de una noche quebrada
y en el desvelo de un mal sueño
despertando viene el frío invierno.


Aparecen lágrimas desvalidas
cuando nos invade en la memoria
la distancia de unos besos.


En el oscurecer apacible de los días
mueren sentimientos olvidados
en horizontes ávidos de caricias.


Abrazado en un rincón del pecho
está, perfumado, el desencanto,
donde se une la sangre con el alma.