lunes, 12 de enero de 2015

MADRUGADAS

Al asomarse la madrugada , como tantas otras noches,  a la luz de los candelabros, lunas oscuras acarician mis mejillas, esas en las que el reloj  ya no cuenta con sus manecillas, en las que los témpanos  de hielo se derriten a mi alrededor, esas  en las que el sonido de la música desaparece mientras el corazón se para por momentos y nuevas sonrisas se asoman para encontrarse con voz callada, esas madrugadas las guardo en el corazón.


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