miércoles, 7 de mayo de 2014

ESTA PENA MÍA

Quisiera ahogar la pena mía
mas el licor solo me condena
a una extraña melancolía
además de la odiosa melopea.


Pobre pena mía tan dura,
tan fuerte e insistente
que ni con absenta
me la quito de la mente.


Qué jaqueca me produce,
ya no sé si la pena
o el licor que me condena
a un delirium tremens.


Prefiero la cervecita
que para quitar las penas
no existe mejor cosa
que una cerveza bien fresquita.



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